Los alces son los miembros más grandes de la familia de los ciervos y son fácilmente identificables por su tamaño inmenso, y en el caso de los machos, sus astas en forma de abanico. Los alces representan la segunda mayor cantidad de lesiones causadas por un animal en todo el mundo, principalmente debido a accidentes automovilísticos.
Sus poblaciones son estables en todo el mundo, y en algunas regiones se inflan artificialmente con fines de caza. Sin embargo, los investigadores predicen que a medida que el cambio climático caliente el hemisferio norte, los alces perderán partes de su hábitat, ya que sólo pueden vivir en zonas muy frías. Del mismo modo, la actividad humana que causa la pérdida de hábitat y la fragmentación tiene un efecto perjudicial sobre la población mundial de alces, y en combinación con el cambio climático podría ser devastador para el número de alces.