Historia

Mientras que su pariente más cercano, el Dragón de Fuego, permanece firmemente en el suelo, el Dragón de Humo prefiere volar alto sobre poderosas alas. Las dos especies suelen aparecer juntas, para disgusto de la población indefensa. Sus ataques, con llamas calientes y humo ahogado, se han registrado a lo largo de la historia, aunque los dragones mismos rara vez son vistos. Muy pocos han estado dispuestos a desafiar la pared de fuego y humo para enfrentar a estos dragones malévolos.

Historia

Soldados con cascos de hierro y correas de cadena se asomaban por encima de los muros de piedra crenelados. Había algo ahí fuera, una nueva arma desarrollada por el reino vecino quizás. Habían oído un sonido como un viento precipitado, seguido por una bola de fuego y una nube de humo imposiblemente grande. Cuando el aire se aclaró, examinaron la oscuridad fuera del castillo. Todo estaba en silencio. No, no lo fue. Un temblor sacudió el suelo, una figura apenas fuera del alcance de la antorcha pálida. Otra bola de fuego surgió de la oscuridad, explotando contra las piedras. El humo se derramaba desde arriba, y de nuevo el sonido del viento, como si algo estuviera volando por encima. Esto no era un arma natural. Los hombres de rostro sombrío comenzaron a temblar, temiendo lo que pudiera entrar en la luz. Un rugido fue respondido por un gruñido, y dos enormes bestias aparecieron en el campo débilmente iluminado fuera de las paredes. Uno de ellos era un dragón con tres cabezas, chispas que seguían saliendo de su nariz. El otro era un dragón gris más delgado, con largas alas, con la cabeza envuelta en humo. El fuego y el humo habían llegado. El castillo estaba condenado.