Aparte de los leones, las jirafas no tienen mucho que temer cuando llegan a la edad adulta. Su altura les permite ver una emboscada desde lejos, y sus piernas pueden dar patadas poderosas. Sus cuellos también son armas formidables, especialmente cuando las jirafas macho luchan entre sí por los afectos de una hembra.

En 2016, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza reclasificó de "Preocupación menor" a "Vulnerable". Las jirafas están extintas en gran parte de su rango histórico, y actualmente algunas subespecies están clasificadas como en peligro de extinción. La destrucción del hábitat y los encuentros con los agricultores han hecho que las poblaciones de jirafas disminuyan con los años; ahora se estima que hay menos de 100,000 jirafas en la naturaleza.